Estamos dentro de una sociedad sujeta a permanentes cambios, y dentro de ellos acaban de ocurrir estos últimos años, importantes transformaciones principalmente en el entorno económico . A todos nos ha afectado la crisis y es cierto que a nivel personal, familiar y profesional nos ha “ tocado” la misma, con más o menos virulencia. El pasado mes de marzo, hace justo un año, la crisis económica tenía la incidencia más alta en desaceleración y tasa de paro en España. En ese momento y no por casualidad, casi paralelamente el mundo despertaba con un nuevo Papa dentro de la Iglesia católica. Pronto todos nos lanzábamos a crear opinión sin precisamente dar tiempo a ver cómo este nuevo Pastor cuidaría de su grey.

Sin duda este nuevo Pastor ha traído en menos de doce meses una profunda revolución a la Iglesia y uso el término pastor como símbolo de servicio. Servicio que cada uno tiene que tener claro en su entorno: familia , trabajo, barrio, colectivo, pero por encima de todo la clase dirigente como son los políticos y los empresarios deben de dar, como un conocimiento real y una pertenencia real entre la metáfora pastor-ovejas: él las cuida y ellas confían en él y lo siguen fielmente.

Se buscan pastores-Jose Maria GuijarroEntiendo que el mundo empresarial y político es cada vez más difícil , al igual que también es más fácil cuestionar las decisiones de los que tienes arriba sin ponerse nunca en el lugar del que toma las decisiones y sus consecuencias.

Ligados en una sociedad cada vez con más desfavorecidos , podemos ver la igualdad en la que se nos da en cuanto a determinadas oportunidades y me puedo referir al símil bíblico de los talentos: el que recibe uno solo tiene la oportunidad de hacer el mejor uso de él al igual ocurriría con el que ha recibido más. En resumen la diferencia no es el número sino la forma de usarlos Hay muchos empresarios a los que la vida les ha dado talentos y los han negociado con métodos creativos y productivos éticamente correctos. Lo importante es que esta actitud de decisión y destreza, como ocurre en nuestra vida personal , nos lleve al valor y la decisión de en contra la mejor manera de servir en una sociedad de crisis, adaptaciones al cambio o de incertidumbre en el futuro como el que estamos viviendo.

» Nadie puede estar al servicio de dos amos. No podéis servir a Dios y al dinero
No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir
Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta
Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan
No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir.
Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura « – Mt 6, 24-34

Es sorprendente lo que está sucediendo con el Papa Francisco. Mientras los medios de comunicación y las redes sociales que circulan por internet nos informan, con toda clase de detalles, de los gestos más pequeños de su personalidad admirable, se oculta de modo vergonzoso su grito más urgente a toda la Humanidad: “No a una economía de la exclusión y la iniquidad. Esa economía mata”.

Sin embargo, Francisco no necesita largas argumentaciones ni profundos análisis para exponer su pensamiento. Sabe resumir su indignación en palabras claras y expresivas que podrían abrir el informativo de cualquier telediario, o ser titular de la prensa en cualquier país. Solo algunos ejemplos.

“No puede ser que no sea noticia que muera de frío un anciano en situación de la calle y que sí lo sea la caída de dos puntos en la bolsa. Eso esexclusión. No se puede tolerar que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es iniquidad”.
Vivimos “en la dictadura de una economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”. Como consecuencia, “mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz”.
“La cultura del bienestar nos anestesia, y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esa vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un espectáculo que de ninguna manera nos altera”.
Como ha dicho él mismo: “este mensaje no es marxismo sino Evangelio puro”. Un mensaje que tiene que tener eco permanente en nuestras comunidades cristianas. Lo contrario podría ser signo de lo que dice el Papa: “Nos estamos volviendo incapaces de compadecernos de los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás”.