La vida,…..¡¡ Ay la vida !!.
Ante todo, ¿qué debemos entender por «vida»? Al hablar de «vida» hacemos referencia en primer lugar a un espacio de tiempo que transcurre entre la concepción hasta la muerte, con todos los procesos naturales que en ese lapso se desenvuelven.

Pero afortunadamente, para muchos. la palabra «vida» no se reduce a este «lapso de tiempo», o a un simple «estar en el mundo». Su significado va mucho más allá: incluye la suma y plenitud de tantos y tantos detalles, que puede alcanzar el ser humano en su existencia terrena. Por tanto, por vida no debemos entender sólo lo opuesto a no existir, o lo opuesto a la muerte, sino también lo opuesto a todo mal físico, moral o espiritual que afecta o degrada la vida humana. Vida, en este sentido, es una vida plena, auténtica, una vida que corresponde a la dignidad y grandeza del ser humano.

Indudablemente, sobre nuestro propio comportamiento a la hora de la muerte no vamos a hacernos, pese a todo, muchas ilusiones. Quien habla, hoy y ahora, lleno de valentía, puede enmudecer de miedo cuando le toque morir a él. Quien está erguido, que se cuide de no caer. Cada uno de nosotros tiene que morir su muerte propia y personal, con sus angustias, con sus temores y esperanzas. Hasta ese momento sólo me cabe aconsejarte que vivas la vida, la exprimas, en su buen sentido, y que no te detengas, que hay mucho que hacer, especialmente por todos los que nos rodean.

Nunca te detengas
Siempre ten presente que la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco,
Los días se convierten en años…
Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés viva, siéntete viva.
Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas…
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
¡Pero nunca te detengas!

Madre Teresa de Calcuta