La Wikipedia define la epistemología (del griego ἐπιστήμη (episteme), «conocimiento», yλόγος (logos), «estudio») como la rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento.
La epistemología, como teoría del conocimiento, se ocupa de problemas tales como las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a la obtención del conocimiento, y los criterios por los cuales se le justifica o invalida, así como la definición clara y precisa de los conceptos epistémicos más usuales, tales como verdad, objetividad, realidad o justificación. La epistemología encuentra ya sus primeras formas en la Grecia Antigua, primero en filósofos como Parménides o Platón.
En Grecia, el tipo de conocimiento llamado episteme se oponía al conocimiento denominado doxa. La doxa era el conocimiento vulgar u ordinario del ser humano, no sometido a una rigurosa reflexión crítica. La episteme era el conocimiento reflexivo elaborado con rigor. De ahí que el término «epistemología» se haya utilizado con frecuencia como equivalente a «ciencia o teoría del conocimiento». Así, las teorías del conocimiento específicas son también epistemología; por ejemplo, la epistemología científica general, epistemología de las ciencias físicas o de las ciencias psicológicas.
En un mundo en el que tenemos demasiado de todo, sólo sobrevivirán los negocios que tengan una receta única. Cuando todos los coches, todos los móviles, todos los ordenadores, en definitiva, todos los productos, cumplen su función, el valor ya no se encuentra en el hardware. Está en las ideas, el diseño, el servicio y el marketing fundamentalmente. Depende del ser creativo y ofrecer algo diferente para atraer a los consumidores más fieles y a los empleados con más talento.
El nuevo mundo es diferente. Olvídese del viejo mundo. Olvide lo que aprendió ayer. Hoy el cerebro humano está desplazando a los medios de producción tradicionales: materia prima, trabajo duro y capital. Hasta ahora, los países se habían enriquecido mediante una combinación de estos medios tradicionales. Hoy en día, esos factores ya no son relevantes. Actualmente, no es posible enriquecerse sólo con recursos naturales, hasta el Papa Juan Pablo II en su encíclica de 1991 concluía: “Hubo un tiempo en el que el principal factor de producción era la tierra, luego lo fue el capital… Hoy el factor decisivo es el propio hombre, es decir, su conocimiento.” Por lo tanto, el éxito de un negocio depende de un colectivo de cerebros. Ahora el conocimiento es poder.
El rápido crecimiento de la Red (World Wide Web) ha hecho posible que todos puedan acceder a cualquier información desde cualquier lugar y en cualquier momento. En la actualidad, el conocimiento se transmite de forma inmediata e internacional. Los avances empresariales se dan a una velocidad desconocida hasta ahora. Las facultades y escuelas de economía dan a conocer sus conocimientos eficientemente. En la década de los sesentas, las escuelas de economía británicas contaban con 5.000 estudiantes de MBA. Hoy en día, la cifra asciendo a 85.000. En los Estados Unidos 100.000 nuevos MBA se lanzan al año al mercado laboral y es posible que descubran que muchos de sus conocimientos estén anticuados antes de su graduación. También nunca se había abierto un espacio económico tan amplio. En los últimos cuarenta años, el comercio internacional ha crecido un 1.500 %. Hoy, cruzamos el mundo y sus siete mares y disponemos de canales vía satélite internacionales, compramos revistas de otros países, vemos programas de todo el mundo, escuchamos los discos más vendidos del planeta, etc.
La realidad económica de nuestra época implica que toda empresa puede competir con otra. Todos competimos en él ambiento internacional.
En este nuevo entorno, no podemos hacer negocios como antes. Necesitamos negocios inusuales, diferentes, innovadores, impredecibles y sorprendentes. Hacer algo que el mundo no haya visto antes. Innovar para, durante un corto espacio, llegar a tiempo, ser único y resultar altamente competitivo. Hoy, la diferenciación ha de surgir de otros campos, por ejemplo de la garantía, de el servicio postventa, de la imagen, de la oferta de financiación y de aspectos intangibles. Y, por supuesto, en la gente. La gente puede hacer que su empresa, su producto y su servicio sean una opción única. La forma en que dirige y orienta a su equipo, en su trabajo, es clave a la hora de lograr o no buenos resultados.
El liderazgo y la gestión son más importantes que nunca. Vivimos en la época del tiempo y del talento, en la que vendemos tiempo y talento, explotamos tiempo y talento, organizamos tiempo y talento, y preparamos tiempo y talento. Por lo tanto, la gestión y el liderazgo son claves para lograr una ventaja competitiva. Le diferenciaran del resto de su competencia, la forma en que atrae, retiene y motiva a su personal, cómo trata sus clientes y proveedores que incluso es más importante que la tecnología. La forma en que se dirige y orienta a una empresa son elementos diferenciadores esenciales. Son la esencia de su exclusividad. Por eso, la gestión hoy más que nunca, ha de convertirse en una “gestión humana”.
Os dejo un vídeo ilustrativo:
Les Luthiers – Lutherapia – Dilema de Amor