No viviré lo suficiente para agradecer a mi padre todo lo que hizo por mí, ni que le devuelva en frutos todo de lo que de él aprendí. Un fruto que debo destacar es el amor a las letras. Recuerdo perfectamente tras su fallecimiento encontrar con mi hermano Jesús; miles y miles de escritos hechos de su puño y letra de temas de lo más diversos que ocupaban muebles enteros. Muchas veces con mis hermanos hemos bromeado lo feliz que sería él hoy en la era de los ordenadores y cómo de feliz le haría ver a mi madre con sus 86 años manejar su tablet con gran destreza. Los nativos digitales de sus nietos son ahora los artífices que para su abuela hoy estar sin wifi en su casa sea mucho más importante de lo que nosotros sus hijos, creemos.

Escribir no es muy diferente al vivir. Si es con corazón todo vale, aún recuerdo un texto de Charles Bukowski que decía:
“Si no te sale ardiendo de dentro, a pesar de todo, no lo hagas. A no ser que salga espontáneamente de tu corazón y de tu mente y de tu boca y de tus tripas, no lo hagas. Si tienes que sentarte durante horas con la mirada fija en la pantalla del ordenador o clavado en tu máquina de escribir buscando las palabras, no lo hagas. Si lo haces por dinero o fama, no lo hagas. Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama, no lo hagas. Si tienes que sentarte y reescribirlo una y otra vez, no lo hagas. Si te cansa sólo pensar en hacerlo, no lo hagas. Si estás intentando escribir como cualquier otro, olvídalo. Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti, espera pacientemente. Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa .Si primero tienes que leerlo a tu esposa o a tu novia o a tu novio o a tus padres o a cualquiera, no estás preparado. No seas como tantos escritores, no seas como tantos miles de personas que se llaman a sí mismos escritores, no seas soso y aburrido y pretencioso, no te consumas en tu amor propio. Las bibliotecas del mundo bostezan hasta dormirse con esa gente. No seas uno de ellos. No lo hagas. A no ser que salga de tu alma como un cohete, a no ser que quedarte quieto pudiera llevarte a la locura, al suicidio o al asesinato, no lo hagas. A no ser que el sol dentro de ti esté quemando tus tripas, no lo hagas. Cuando sea verdaderamente el momento, y si has sido elegido, sucederá por sí solo y seguirá sucediendo hasta que mueras o hasta que muera en ti. No hay otro camino. Y nunca lo hubo.”

Con la música ocurre algo parecido, me ha costado muchísimos años darme cuenta cómo mi hija Inma vive apasionadamente la música y cómo sus estados de ánimo se vierten a través de los acordes de sus guitarras. Hoy ha caído en mis manos una bonita historia que une estas tres cosas: el amor, las letras y la música. La protagoniza Tommy Torres y uno de sus fans. Para quienes no lo conocen, Tommy es músico y compositor, produjo para Alejandro Sanz, Ricky Martin y Ricardo Arjona. En definitiva un grande de la música. Como todos los grandes recibirán una multitud de mensajes diarios a través de redes sociales o de su correo electrónico, pero la humanidad de este cantautor lo mostró en su respuesta

Tommy recibió un correo (Bueno, realmente 2) de uno de sus fans, pidiendo ayuda con una chica… os dejo la imagen del mail de Paco :

Las letras y la música convertidas en amor

Esta fue la respuesta que le dio a su fan: