El profesor de la Universidad de Harvard, Elhanan Helpman ha sido galardonado con el premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA en la categoría de Economía, Finanzas y Gestión de Empresas, por explicar, “cómo el comportamiento de empresas y sus inversiones definen el mercado internacional”. Según él, la teoría del crecimiento endógeno y la innovación, se fundamenta explicando que dentro de las diferentes industrias o sectores, hay una diferenciación y, por otro lado, una competencia entre monopolios. Por ejemplo, dentro de la industria de la electrónica hay muchos tipos de televisores diferentes y cada empresa intenta desarrollar un televisor singular, con el que poder alcanzar un poder monopolista y acaparar el mercado. El ejemplo se puede extrapolar a otros sectores, incluso los más tradicionales. La inversión de recursos en I+D e innovación por parte de las compañías (para mejorar su tecnología y diferenciar sus productos) produce un efecto adicional que influye en todo el mercado, ya que ayuda a que el conocimiento de toda la sociedad pueda crecer.

Esta misma semana, también, ha sido presentado el informe “La consultoría, en el ADN de la innovación”, elaborado por la Asociación Española de Empresas de Consultoría, en colaboración con Quint Wellington Redwood , en el mismo concluye que las empresas que innovan han incrementado su cuota de mercado en un 10 % en relación con las no innovadoras; la productividad de las empresas innovadoras ha crecido un 16 % respecto a las que no invierten en innovación; las empresas que innovan han visto mejorada su capacidad exportadora en 18 puntos porcentuales; la probabilidad de incrementar la cartera de productos es un 15 % superior en las empresas que innovan, y su capacidad de generación de empleo es un 2 % mayor.

España, se mantiene todavía seis puntos por debajo de la media europea, y se sitúa en el puesto 17 entre los 28 países miembros de la UE. Según los distintos indicadores del  Índice Sintético de Innovación utilizado por la UE para la clasificación de sus países miembros según su nivel de innovación, aunque nuestro país dispone de un buen sistema de investigación, éste no se materializa en oportunidades de innovación, y el número de empresas españolas innovadoras es relativamente pequeño: un 41.4 % de nuestras empresas son innovadoras, frente al 79,3 % en Alemania, en cabeza de los países europeos en esta materia, o el 59,5 % de un país como Irlanda.

En este marco caracterizado por el convencimiento de la necesidad ineludible de la innovación y el reto de incrementarla en las empresas españolas, sorprende la continuidad de la actitud del empresariado frente a la implementación de la I+D+I en sus y organizaciones y cómo las distintas administraciones y entre ellas la valenciana, están empeñadas en seguir recortando los fondos destinados a la I+D e Innovación, como así resaltaba en este mismo espacio el Presidente de la Red de Institutos Tecnológicos (REDIT) la semana pasada. Socialmente estamos seguros que toda estas políticas industrial, tecnológica y de investigación no enfocadas van a pasar factura a las generaciones venideras porque sin innovación no hay futuro, sin avances no hay progreso, o como acaba de decir el Presidente del Instituto Marie Curie Thierry Philip en una conferencia en Madrid “ Invertir en ciencia e innovación es la única manera de relanzar la economía” y más en estos tiempos tan sumamente difíciles.