Vivimos un momento social, económico y político tremendamente confuso. Los sectores industriales se confunden. Además, las relaciones entre compañías y los políticos se confunden; los vendedores también son compradores y los compradores, vendedores. La distinción entre productos y servicios también se desvanece; los átomos y los bites coexisten en la mayor parte de las ofertas comerciales actuales. Miremos hacia donde miremos, sólo veremos fusiones: Este y Oeste, hombres y mujeres, estructuras y procesos, lo bueno y lo malo,….

El futuro aporta más fusiones. Tenemos una cultura de copiar y pegar. Dado que tenemos un exceso de prácticamente todo lo que podemos imaginar, una de las formas que tienen las empresas y la gente de escapar al exceso es combinar las cosas de una forma nueva. La realidad de nuestra época incita a mezclar lo existente de formas interesante, siempre que no se pierda la esencia de las cosas.

Hoy, la gente ya no trabaja para enriquecerse, quiere también divertirse, conocer a gente nueva, ver lugares nuevos y para ser visto, para realizarse o para lo que sea. De pronto, desde el punto de vista del empleado, las empresas son desechables en lugar de permanentes. Hoy, la gente contrata a las empresas y no al contrario. La función de las empresas ya no será contratar a su personal, como ocurría en el pasado. Su función principal será organizar y el organizador no ofrece trabajos, sino oportunidades: un espacio creativo. El organizador ha de elegir una idea, definir los recursos necesarios para llevarla a cabo y, luego, conseguir esos recursos. Las fuerzas directrices de la organización son el riesgo, el dinamismo y la constante creación de valor. Los líderes tienen que crear campos de fuerza, imanes que atraigan a talentos en lugar de tener empleados permanentes de la empresa. En un mundo así, los líderes reciben demandas y eso requiere liderazgo cargado de significado.

En la economía del exceso, las fuentes de la competitividad se irán desplazando progresivamente hacia cosas que no podemos tocar. Tanto los consumidores y clientes potenciales como los empleados futuros pedirán a gritos que los productos, los servicios, las estrategias, los líderes y las organizaciones les emocionen-Comercio e(mocional)-. En una economía de la abundancia, el éxito nace de atraer emocionalmente al consumidor o a los colegas, no de convencerlo racionalmente. El éxito requiere que deje de fijarse en la cabeza y se centre en el resto del cuerpo. La forma de lograr instalarse en el mercado es dejar la cabeza y centrarse en el resto del cuerpo, en el corazón, el estómago, el abdomen de la gente, para conseguir su afecto, su intuición y su deseo. Así, creamos costes de cambios emocionales. Por ejemplo, los motivos para comprar una Harley-Davidson tienen poco que ver con la razón (el precio o la calidad) y mucho que ver con el afecto, la intuición y el deseo.

En esta economía emocional, la competencia no es específica y se centra en producir buenos trabajos, o productos y excelentes servicios u oportunidades profesionales. Pasa por proporcionar sueños a la gente. Y la definición de lo que realmente significa esa vida cambia según la tribu, según la persona y según el momento.

Todos estamos, en esa búsqueda del destino que nos llene de esperanza. De política no hablo.

4 Non Blondes – What’s Up
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Music video by 4 Non Blondes performing What’s Up. (C) 1992 Interscope Records

25 años y mi vida sigue inmóvil
Tratando levantarse de la grande colina de la esperanza,
Por un destino

Lo comprendí rápidamente cuando yo supe que yo debo,
Que el mundo nunca fue esta
Hermandad de hombres
Para cualquier cosa de los medios.

Y también a veces lloro
Cuando me estoy quedando en cama
Simplemente para hacerle todos fuera,
Que está en mi cabeza,
Y yo, yo me estoy sintiendo un poco peculiar.

Y Para que me despierto en la mañana,
Y camino afuera,
Y tomo uno profundo aliento y me pongo realmente alto,
Y grito a todo pulmón
¿Qué esta pasando?

Y digo: oye! Si, siiiii, oye si si
Y dije oye! ¿Qué esta pasando?

Y digo: oye! Si, siiiii, oye si si
Y dije oye! ¿Qué esta pasando?

Y trato, oh mi Dios yo trato
Trato todo el tiempo, en estas instituciones

Y yo rezo, oh mi Dios yo rezo
Yo rezo solo cada día
Para una revolución

Y también a veces lloro
Cuando me estoy quedando en cama Simplemente para hacerle todos fuera,
Que está en mi cabeza,
Y yo, yo me estoy sintiendo un poco peculiar.

Y Para que me despierto en la mañana,
Y camino afuera,
Y tomo uno profundo aliento y me pongo realmente alto,
Y grito a todo pulmón
¿Qué esta pasando?

Y Digo, oye oye oye oye
Y dije oye, ¿Qué esta pasando?

25 años y mi vida sigue inmóvil
Tratando levantarse de la grande colina de la esperanza,
Por un destino