“Las actitudes son más importantes que las aptitudes”. Winston Churchill ( 1874-1965 ) Político y estadista Británico
Vivimos en una sociedad sujeta a permanentes cambios, y dentro de ellos, ocurren cambios importantes y transformaciones no sólo en el entorno mundial sino en lo más próximo de nuestras vidas y de nuestros trabajos, casi de una forma cotidiana. Frente a ellos, todos nos lanzábamos a opinar sin pensar en las consecuencias de las afirmaciones que hacemos.
Es muy fácil poner en tela de juicio al sistema y culpar a los gobernantes hasta de la muerte de Manolete. Confieso que he llegado a ser intolerante ante los mensajes negativos y nada gratificantes de las personas que se acercan a mí con el sonsonete del lamento de la crisis que tanto nos está afectando a todos.
Sin duda alguna, a lo largo de la vida nos damos cuenta de que también es importante aprender a minimizar los daños de la caída, ante todas las adversidades. Y de igual o mayor importancia es aprender de las caídas, es decir: analizar el porqué hemos caído y cómo hemos conseguido levantarnos y proseguir nuestra marcha. En estos tiempos acelerados, nos faltan esos momentos de reflexión que nos ayudan a comprender la realidad con “todos sus pliegues”, como bien dice una amiga mía; pero no ha sido ella la que me ha inspirado este artículo, más bien, ha sido una campaña atrevida y directa como la de Florida Universitària para el próximo curso; porque como bien menciona en ella: “La crisis, la precariedad del empleo, el pesimismo generalizado han convertido a los jóvenes en auténticos muertos vivientes. Miles de chicos y chicas creen que no hay salida y que no vale la pena esforzarse porque no hay futuro. Y lo peor es que cada día son más. Estamos ante un virus que volverá a atacar a los estudiantes del país, para dejarlos anclados en las excusas, para cegarlos e inmovilizarlos…”. Florida Universitària no lo acepta y para hacer frente a este virus, para que no se conviertan en “zombis”, pone en marcha toda su maquinaria formando jóvenes competentes adaptados a las necesidades del mercado laboral”.
Desde mi punto de vista, cada día conviene afrontarlo desde la perspectiva de que va a ser necesario un desempeño para disfrutar plenamente de él. Debemos ser conscientes de que cualquier progreso en nuestro desarrollo lleva asociado un importante esfuerzo y una gran dosis de “ideas claras”. Los resultados que obtenemos son directamente proporcionales a nuestros esfuerzos. Seguramente hemos experimentado esa sensación de retroalimentación al comprobar que nuestro progreso personal ha obtenido unos resultados positivos, y en el caso de la formación obtenida en todas las etapas de nuestra vida, aún más.
Recuerdo uno de los primeros poemas que me narraba mi padre y era el famosísimo “Si“ de Rudyard Kipling y se me grabó esa parte que dice: “Si sueñas, y los sueños no te hacen esclavo, si piensas y rechazas lo que piensas en vano, si tropiezas el triunfo y llega la derrota y a los dos impostores les tratas de igual forma “.
Afronta el día como la subida a la montaña, con energía y positivismo. Si tienes una recaída trata de salir de esa situación, ¿qué beneficio nos reporta el victimismo? Hay momentos críticos en los que nadie se libra de sufrir, pero sí es posible no sentirse un ser angustiado y condenado a soportarlo todo. Circunstancialmente esto puede ocurrir, pero si este problema en vez de efímero se hace permanente, recapacita y aprende, porque quizás, tú seas parte del problema y cómplice de tus desdichas.
Estamos ante una generación de jóvenes que necesitan que se les impulse, que no crean que son una generación perdida, que no se dejen llevar por la moda de lo efímero. Necesitamos nuevas generaciones que se consoliden en fuertes valores. Sin duda, la actitud y el carácter que pongamos todos serán los que algún día, nos confirmen, que todo este esfuerzo conjunto valió la pena.