Hace unos días escribí a mi amigo Jaime Pereira felicitándole por un estupendo post que titulaba: “ Carta de un director de RR.HH. , a su CEO “. En dicho post se reflejaba de una forma clara muchos hechos que he vivido estos últimos años y que me llevaron a tomar una de las decisiones más duras de mi vida, cuando decidí abandonar un proyecto empresarial al cual le había dedicado nada más y nada menos que veinticinco años de mi vida, los mejores años de mi vida, los de mis ilusiones y mayores fuerzas, pero la dignidad y los principios pueden mucho más que otro tipo de razones. Hoy no me arrepiento absolutamente de la decisión que tomé.

diversion trabajoA Jaime le apunté que faltaba un valor más en su post y era algo tan importante como la satisfacción e ilusión en el trabajo que uno realiza. Cuánta y cuánta gente trabaja sin ningún tipo de alegría , sólo hace falta ver los medios de transporte, especialmente los públicos y quienes lo habitan a primera hora de la mañana donde se cumple claramente lo de “ La cara es el espejo del alma”.

Cuando Stefan Falk era vicepresidente de Ericsson decidió aplicar los principios del denominado flow, para lograr el compromiso de sus empleados. La experiencia fue tan satisfactoria que, cuando en 2003 se fue a trabajar a Green Cargo, una de las mayores empresas de transporte y logística de Escandinavia, desarrolló una cultura corporativa basada en el flow.

Un año después de implementarla, Green Cargo incrementó sustancialmente sus beneficios. Hoy, el libro Flow: The Psychology of Optimal Experience, escrito por el que se considera padre del flow, es de lectura obligada para todos los directivos de la empresa.

Los beneficios del flow para la empresa son evidentes: tener empleados satisfechos mejora el clima laboral, incrementa la productividad y, por consiguiente, optimiza los resultados económicos.

Cuando alguien experimenta el flow, percibe que controla su trabajo, lo cual mejora su eficacia y puede traducirse en un incremento de la productividad de la empresa. Además, en ese momento de máxima satisfacción, nos sentimos felices, llenos de energía, y este estado de ánimo positivo se prolonga fuera de la jornada laboral.

Por otra parte, un clima de trabajo basado en los principios del flow fomenta la espontaneidad y la creatividad individual: los empleados se atreven a hacer sugerencias constructivas y a buscar nuevas formas de hacer las cosas para mejorar su eficacia.

Conscientes de estas ventajas, cada vez más organizaciones integran los principios del flow en su cultura corporativa, ya que la innovación y la creatividad son esenciales para lograr el éxito en la actualidad. La lástima es que las empresas que presumen de ser innovadoras son las que menos lo lleven a la práctica.

Vídeo muy descriptivo: