Esta mañana he abierto el correo y he recibido este correo de alguien que para mí es más que un amigo . El cuerpo del mail decía : Hoy he comprendido el porqué te llamo «camarada», acompañaba este texto:
Un amigo fiel no tiene precio.
Una voz suave aumenta los amigos,
unos labios amables aumentan los saludos.
Sean muchos los que te saludan,
pero confidente, uno entre mil;
si adquieres un amigo, hazlo con tiento,
no te fíes en seguida de él;
porque hay amigos de un momento
que no duran en tiempo de peligro;
hay amigos que se vuelven enemigos
y te afrentan descubriendo tus riñas;
hay amigos que acompañan en la mesa
y no aparecen a la hora de la desgracia;
cuando te va bien, están contigo,
cuando te va mal, huyen de ti;
si te alcanza la desgracia, cambian de actitud
y se esconden de tu vista.
Apártate de tu enemigo
y sé cauto con tu amigo.
Al amigo fiel tenlo por amigo,
el que lo encuentra, encuentra un tesoro;
un amigo fiel no tiene precio
ni se puede pagar su valor;
un amigo fiel es un talismán:
el que teme a Dios lo alcanza;
su camarada será como él
y sus acciones como su fama.
Un abrazo y que tengas buen día.
Por supuesto, este texto no es suyo y procede de un libro que para más de uno sea desconocido, se llama Biblia y en concreto la cita es, Si 6,5-17.El Libro de la Sabiduría de Jesús, hijo de Sirac, (abrev.) Si, ( en hebreo: חכמתיהושעבןסירא), es uno de los Libros Sapienciales del Antiguo Testamento. Común y familiarmente llamado Libro de Sirácides, o bien, del Sirácida.
Haciendo un poco más de historia, en 1809, en plena «Befreiungskämpfe», o guerra de liberación contra Napoleón, el poeta de la escuela romántica alemana Ludwig Uhland (1787-1862) escribió un poema titulado «Der gute Kamerad» («El buen camarada»), que posteriormente sería recogida en su libro de poemas «Gedichte«(1815).
Ich hatt’ einen Kameraden,
Einen bessern findst du nit.
Yo tenía un camarada,
no encontrarás uno mejor.
Die Trommel schlug zum Streite,
Er ging an meiner Seite
In gleichem Schritt und Tritt.
El tambor llamaba a la batalla,
y él caminaba a mi lado
al mismo paso y compás.
Eine Kugel kam geflogen:
Gilt’s mir oder gilt es dir?
Una bala vino volando:
¿es para mí o es para ti?
Ihn hat es weggerissen,
Er liegt vor meinen Füßen
Als wär’s ein Stück von mir
Le ha arrollado.
Y yace a mis pies
como si fuese un pedazo de mí.
Will mir die Hand noch reichen,
Derweil ich eben lad’.
Su mano aún quiere alcanzarme
mientras estoy recargando.
«Kann dir die Hand nicht geben,
Bleib du im ew’gen Leben
|: Mein guter Kamerad!»
«No te puedo dar la mano,
pero recuerda que nos veremos en la otra vida
mi buen camarada”
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Uhland, se haría famoso por sus poemas en defensa de la libertad, y su participación en la asamblea de estados de Wûttemberg, jugando un distinguido papel como uno de los más vigorosos y consecuentes de los miembros liberales que forjaron el embrión de la unidad de Alemania. De ahí que el recopilador de canciones populares alemanas, Friedrich Silcher, la adaptará musicalmente a la versión que conocemos hoy en día, bajo el título de su primer verso: “Ich hatt’ einen Kameraden” (“Yo tenía un camarada”).
A partir de entonces el himno acompañaría todas las honras fúnebres de los soldados austriacos, prusianos y alemanes hasta nuestros días.
La 1ª Guerra Mundial la convertiría en una canción conocida en los dos bandos, pero lo que la haría dar el salto a la liturgia de otros países, sería la afluencia de veteranos alemanes a la legión extranjera francesa, donde aún se mantiene como himno a los caídos, y la película de Lewis Milestone “Sin novedad en el frente” (1930) basada en la novela del mismo nombre de Erick María Remarke.
Tal vez el uso tradicional en los entierros de los estudiantes universitarios alemanes, la trajo a España de la mano de estudiantes españoles y la llevaría de este modo a las filas de la Falange, si bien la primera versión adaptada aparecería en el “Cancionero de las O.J.” de Asturias hacia 1940 con el título de “El camarada” y una segunda versión en 1975, ambas de corte más beligerante y patriótico, con la adición de la famosa estrofa final que incluye rasgos falangistas y que representa la aportación española a la historia de la canción :
¡Gloria! ¡Gloria!
¡Gloria y victoria!
Con el cuerpo con el alma,
con las armas en la mano,
por la Patria.
Nuestros cantos, que vuelan,
el viento los lleva por ahí,
que en España, que en España,
empieza a amanecer.
De esta forma la canción se cantaría en los dos bandos de nuestra guerra civil de mano de los voluntarios alemanes de la Legión Condor y el Batallón “Thaelmann” de las Brigadas Internacionales. En esta unidad harían una versión dedicada a su comisario Hans Beimler caído el 1 de diciembre en el frente de Madrid, con letra propia y la melodía de “Ich hatt einen Kameraden”, y que fue grabada por el tenor Ernst Busch en Barcelona para el disco homenaje “Seis canciones para la democracia”.
Durante la 2ª guerra mundial se cantó en todos los frentes, teniendo un hueco incluso en los campos de exterminio de la mano de judíos y políticos, muchos de ellos veteranos de la 1ª guerra que se negaron a renunciar a ella para honrar a sus muertos .
Al acabar la guerra los voluntarios extranjeros supervivientes del bando alemán la llevaron a sus países y volvió a repetirse el fenómeno de la Legión Extranjera francesa, llegando la canción a hermanar a los más irreconciliables enemigos, como el caso que relata Scott Atran:
“Esa peculiar relación que se encuentra en cualquier grupo de combate y que he estudiado en la legión extranjera. Allí descubrí a un ex oficial de las Waffen-SS y un superviviente judío de Auschwitz que acabaron combatiendo juntos… ¡Y hubieran dado la vida por el otro sin dudar un segundo! ”
Hoy en día “El buen camarada” es parte de las exequias de algunos ejércitos como el alemán, austriaco, francés y chileno, teniendo categoría de himno oficial. También se canta en el Volkstrauertag, día en que Alemania recuerda a sus caídos.
Nada recuerda a la retorcida idea que en España se tiene de tan bello himno. Himno en el cual su autor, en palabras de Francisco Caballero Leonarte:
“…fue capaz de transmitir poéticamente su sentimiento de dolor por el camarada caído y, también, al mismo tiempo, la exigencia del deber que le impulsa a seguir luchando.”
http://www.youtube.com/watch?v=S1RqZHkm0pQ
http://www.youtube.com/watch?v=bMsQpiHMJo4
http://www.youtube.com/watch?v=CKVXnjn5r9w
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Y como decía ( y dice ) un camarada común: «Un amigo vale más que todo el oro del mundo».