Seguro, que cuando has leído este titular has creído que voy a ahondar en este post sobre la corrupción política acechante en la sociedad española. ¡Para nada es mi intención!, más bien no quiero contribuir al hastío y a la desmotivación. ¡¡ Todo lo contrario !!. Ser espabilado, es bueno, si se hace a través de los cauces y los foros oportunos de responsabilidad y representatividad.
Al buscar el verbo espabilar en el diccionario encontramos como acepciones: 1- Hacer desaparecer el sueño. 2- Avivar y ejercitar el entendimiento o el ingenio. 3-Despachar brevemente o acabar rápidamente. 4-Darse prisa, apresurarse.
Pues bien, todas ellas podemos aplicarlas a la innovación porque, hoy más que nunca, hablamos de ella como una disciplina que tienen que practicar necesariamente todas las empresas, con independencia de su tamaño o del sector en el que compita. La innovación tiene que aplicarse con creatividad e ingenio.
Lo cierto es que la economía mundial está en pleno proceso de reconversión. Se habla, casi hasta la saciedad, de una crisis de desconfianza y un aumento exponencial de la incertidumbre a escala generalizada. Predominan términos como cambio de ciclo, crisis, recesión, etc. Pero, al margen de la denominación, hay una caída de la demanda interna en todas las regiones del planeta. Ningún país se ha quedado al margen de la actual crisis económica, financiera y de valores que amenaza en muchos casos el sostenimiento de negocios y mercados.
Además de las soluciones políticas que el mundo occidental tendrá que plantearse para reactivar cuanto antes la economía, hay una respuesta que puede ayudar a resolver la crisis a medio plazo: la inversión en investigación, desarrollo tecnológico e innovación.
Los centros tecnológicos, los centros superiores de investigación científica y las universidades son herramientas al servicio de esa vía de solución de cara al futuro. El empeño de estos organismos intermedios no es otro que vivir con la confianza ciega de que en el desarrollo de la I+D+I se encuentra una buena parte de la respuesta para reactivar la economía e incrementar la tasa de empleo de la población.
Hay que trabajar conjuntamente en la labor de atraer empresas a los campos de las nuevas tecnologías, estableciendo las condiciones óptimas que generen la existencia de un tejido productivo, humano, investigador y tecnológico consistente y competitivo.
Además, los países de la ampliación europea están desarrollando una especialización creciente en las industrias de tecnología media-alta, circunstancia que resulta de especial relevancia para nuestra economía pues este tipo de ramas forma parte de los núcleos más dinámicos de la estructura industrial, representando más de un tercio de las ventas en los mercados europeos.
Los países de la ampliación –─e incluso el mercado asiático─ muestran una gran capacidad para producir tecnología en aquellos segmentos de calidad superior gracias a la deslocalización industrial. Hay nuevos países y empresas que se están subiendo al “carro” europeo y si las pymes valencianas no lo tienen en cuenta y espabilan ¡nos adelantarán por la derecha!
La labor de innovar no es algo que se deba dejar sólo en manos de la Administración, ni de la universidad, ni de los centros tecnológicos. Es un trabajo conjunto, en el que tienen un papel principal las propias empresas. Del sector privado deben surgir las iniciativas, demandas y reivindicaciones que dinamicen a los demás actores para alcanzar los óptimos niveles de desarrollo, garantizando así un crecimiento competitivo
y sostenible.
Lo dicho……” O espabilas o te espabilan “.
Este artículo está publicado en Avalon Red de Expertos